jueves, 21 de enero de 2016

Amistad

No soy un pasatiempos, ni soy un cleanex, tampoco soy un saco de boxeo al que puedas golpear cuantas veces quieras y que ahí seguirá para cuando quieras volver a hacerlo. No soy incondicional, ni para siempre per se. No soy tu juguete. Ni he nacido para hacerte favores. Tampoco soy el altruismo hecho amiga. No esperes que dé dé dé y jamás reciba. Yo no haré gestos esperando nada a cambio. Tú no pidas lo que jamás vas a dar. Las palabras son frágiles. Mi amistad no la tienes por decirme que me quieres en mi cumpleaños y en Navidad. Mi amistad no es un contrato. No mejora por antigüedad.
Pero a mis amigos de verdad les digo:
“ Siempre que tengas un problema, voy a estar ahí. De la misma manera, yo acudiré a ti cuando no pueda más. No me acordaré de ti sólo en lo malo, de lo bueno también vamos a disfrutar. Vamos a crear recuerdos juntos y cuando no podamos vernos, vamos a preguntar. Mantenernos informados, no por cumplir sino porque nos preocupa de verdad. Jamás te descuidaré y espero que no me descuides. Cuando algo haga que te moleste no dudes en decírmelo, pues yo no dudaré en disculparme y cambiarlo,  porque sé que cuando algo me duele a ti te preocupa, lo escuchas y lo intentas cambiar. No me olvidaré de avisarte para verte porque ¿Cómo olvidarme de algo que quiero hacer? Siempre tendrás de mí la opinión más sincera aunque no siempre sea la que tú quisieras o esperas escuchar. De la misma manera quiero que me des un tortazo de realidad cuando yo lo necesite. Me alegraré de lo bueno que te pase como tú te alegras de lo bueno que me pase a mí, dejando siempre a un lado tus propios intereses”
Lo que haya fuera de esto, lo siento, da igual el tiempo que haga, pero es de todo menos amistad.  Si hay que pedir ciertas cosas, algo se debe replantear.
Voy a intentar ser menos visceral y más como todos. Simplemente priorizar y por los que me importan darlo todo. Que me dejen de importar los que me hacen daño. Cuando lo das todo y no recibes es un constante desengaño. No tengo más ganas de enfados, de decepciones y de malas contestaciones. Todos nos equivocamos, está claro pero ya no me engaño. Los hechos son el reflejo de los sentimientos, aunque nos neguemos a verlo.
Lo siento por cansarme. No te pido disculpas a ti, que ni siquiera has preguntado. Se lo digo a tu conciencia, ella sí se ha dado cuenta de que todo ha cambiado y no hay marcha atrás. Al menos espero que te sirva para aprender, que amigas como yo he sido no las deberías de perder.
La vida es un aprendizaje, caminar y prosperar.

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