No soy un pasatiempos, ni soy un cleanex, tampoco soy un
saco de boxeo al que puedas golpear cuantas veces quieras y que ahí seguirá para
cuando quieras volver a hacerlo. No soy incondicional, ni para siempre per se. No
soy tu juguete. Ni he nacido para hacerte favores. Tampoco soy el altruismo hecho
amiga. No esperes que dé dé dé y jamás reciba. Yo no haré gestos esperando nada
a cambio. Tú no pidas lo que jamás vas a dar. Las palabras son frágiles. Mi
amistad no la tienes por decirme que me quieres en mi cumpleaños y en Navidad. Mi
amistad no es un contrato. No mejora por antigüedad.
Pero a mis amigos de verdad les digo:
“ Siempre que tengas un problema, voy a estar ahí. De la
misma manera, yo acudiré a ti cuando no pueda más. No me acordaré de ti sólo en
lo malo, de lo bueno también vamos a disfrutar. Vamos a crear recuerdos juntos
y cuando no podamos vernos, vamos a preguntar. Mantenernos informados, no por
cumplir sino porque nos preocupa de verdad. Jamás te descuidaré y espero que no
me descuides. Cuando algo haga que te moleste no dudes en decírmelo, pues yo no
dudaré en disculparme y cambiarlo, porque sé que cuando algo me duele a ti te
preocupa, lo escuchas y lo intentas cambiar. No me olvidaré de avisarte para
verte porque ¿Cómo olvidarme de algo que quiero hacer? Siempre tendrás de mí la
opinión más sincera aunque no siempre sea la que tú quisieras o esperas
escuchar. De la misma manera quiero que me des un tortazo de realidad cuando yo
lo necesite. Me alegraré de lo bueno que te pase como tú te alegras de lo bueno
que me pase a mí, dejando siempre a un lado tus propios intereses”
Lo que haya fuera de esto, lo siento, da igual el tiempo que
haga, pero es de todo menos amistad. Si
hay que pedir ciertas cosas, algo se debe replantear.
Voy a intentar ser menos visceral y más como todos.
Simplemente priorizar y por los que me importan darlo todo. Que me dejen de
importar los que me hacen daño. Cuando lo das todo y no recibes es un constante
desengaño. No tengo más ganas de enfados, de decepciones y de malas
contestaciones. Todos nos equivocamos, está claro pero ya no me engaño. Los
hechos son el reflejo de los sentimientos, aunque nos neguemos a verlo.
Lo siento por cansarme. No te pido disculpas a ti, que ni
siquiera has preguntado. Se lo digo a tu conciencia, ella sí se ha dado cuenta
de que todo ha cambiado y no hay marcha atrás. Al menos espero que te sirva
para aprender, que amigas como yo he sido no las deberías de perder.
La vida es un aprendizaje, caminar y prosperar.
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